miércoles, 13 de agosto de 2014

Los Moradores del Multiverso

Recientemente he leído que escribir incrementa la locura. De ser así, mi estado mental debería ser puesto en revisión, pues raro es el momento en el que no estoy escribiendo o en que no estoy pensando en hacerlo. Pero me temo que dicha expresión esconde una porción de verdad incómoda. 

También hace poco leí que ni la democracia ni la felicidad han escrito nunca grandes obras. Tal vez la cordura tampoco lo haya conseguido.

De las mentes más perturbadas, más excéntricas y mas alejadas del marco de la realidad, se firman los textos con mayor contenido emocional. Aquellos que más y mejor despiertan sensaciones y sentimientos latentes que nos mueven hacia los tortuosos caminos de la reflexión.

Hace años que mi mente es una olla a presión de ideas en constante ebullición. Se desdobla inventando varias historias a la vez. Mientras estoy envuelto en la maravillosa vorágine de completar mi nueva creación literaria, voy mirando atrás para complementar la anterior, cuyo nacimiento para el mundo ya está más cercano. 

Basada en ella, os dejo este onírico diálogo. Un mini relato que narra la abstracta conversación entre dos etéreas criaturas, en un intercambio dialéctico en el que se podría hallar el arcaico orígen del argumento de la historia que mi mente ha materializado en mis dos novelas primogénitas: El Calendario de la Extinción y La Hermandad del Venetto.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La única, es que quizá sea esta la prueba de la relación entre literatura y demencia. 



LOS MORADORES DEL MULTIVERSO




He aquí mi exposición. Sobre la forma de vida orgánica, vertebrada, con estructura basada en el carbono, hallada en el tercer planeta orbitando la estrella espectral de tipo G2 calificada en el cuadrante X-26k:

La especie evolucionada es de hábitos terrestres y diurnos, sintetiza el oxígeno que recoge de la atmósfera y lo devuelve en forma de dióxido de carbono. Busca permanentemente nutrientes entre otras especies vegetales y animales y los devora para desarrollar la energía que mueve toda su compleja arquitectura: aparatos y sistemas interconectados, en perfecta sincronía y con ejemplar sinergia, unen sus tareas para activar los engranajes de su maquinaria perfecta, el mecanismo que mueve la vida. 

Parece una criatura perfecta... ¿creada por la naturaleza?

Puede que la virtualidad creativa del cosmos les diera una estructura celular y un código genético para que, a partir de ambos, se desarrollaran hasta lo que hoy son: el fruto de una metástasis evolutiva en conjunción con su marco ambiental y su era geológica. 

¿Pero qué principio ha sido el responsable del desarrollo de su psicología cognitiva?

Cuesta creer que la naturaleza elaborara un plan para concebir un depredador que se volviera en su contra. El ser humano ha tomado un camino inhóspito, tenebroso, destructivo consigo mismo y con su propio ecosistema. Déspota y tirano, inconscientemente autodestructivo. No se merecen el lugar que les ha brindado el natural albedrío de la explosión de la vida.

Todos sabeis que las circunstancias óptimas que deben darse para que la vida fluya son extraordinarias, fruto de una casualidad inimaginable. El ser humano jamás concebirá el milagro de su existencia. No valora la vida. No respeta su entorno. ¿Por qué se les ha de permitir que disfruten de un regalo que no entienden?

Porque a pesar de nuestra perfecta sintonía con el Cosmos, éste no nos pertenece. No somos quien para influir en sus actos. Las especies germinan y se marchitan con rapidez. La ley natural se encarga de discriminar entre las que deben desaparecer y las que deben perpetuarse. Una simple y rudimentaria forma de vida en un estado evolutivo primigenio, no tiene a su alcance el poder de contradecir las leyes físicas y constantes que gobiernan el Multiverso. 

¿Qué hacemos, pues, con ellos?¿Nos limitamos a observar su triste decadencia?¿O les ayudamos a entender la materia de la que están hechos?

Se les ha otorgado el privilegio de la vida y han resultado ser los elegidos para alcanzar un estadio superior. Pero su desarrollo cognitivo no persigue la lógica que guarda todo proceso evolutivo. Si bien la naturaleza los ha creado, ella no ha podido ser la responsable de la nefasta evolución de su raciocinio.

¿Una intromisión ilícita?

No hay que descartarlo. Explicaría sus motivos.

Siendo así, deberíamos intervenir.

Una intervención no exenta de riesgos

¿Qué riesgos pueden atenazarnos? 

El riesgo de quedar expuestos, atrapados en un universo extraño, salvaje y primigenio

Lo haremos mediante una infiltración indirecta. Intervención cromosómica. Que nosotros seamos ellos y ellos sean nosotros. 

Nos verán como a iguales. No nos tendrán respeto. No creerán en nuestro discurso. Nosotros solo podemos luchar contra la ignorancia, no doblegar la voluntad. 

Esta especie es arrogante, temeraria, vanidosa y obsesiva. Si sobreviven a su propia evolución, superpoblarán su planeta. Buscarán nuevos territorios, nuevos mundos. Explorarán la física, se adentrarán en los conocimientos de la materia oscura, descubrirán los puentes intrauniversos. Una manipulación inadecuada puede dar con el colapso de una parte del cosmos. Son peligrosos. Su intelecto no tendrá límites, pero su naturaleza ególatra les transforma en corruptas criaturas, irrespetuosas y ajenas al equilibrio esencial. Ya hemos vivido antes las consecuencias de la interacción de especies que, como ésta, son inconscientes de la trascendencia de sus actos mas allá de su plano existencial. 

Si otra inteligencia evolucionada ha llegado antes que nosotros y está corrompiendo su voluntad, nuestra intervención está más que justificada. 

En ese caso, deben quedar aislados dentro de su propio universo. Aprobaremos la ejecución de una infiltración indirecta unidireccional. Una vez iniciada la génesis cromosómica, fruto de la fusión celular, la especie híbrida resultante quedará allí, a su suerte. 

¿Y en caso de que no tuvieran éxito?

Provocaremos un colapso gravitacional, convertiremos su sistema en un nuevo agujero negro. 

Como ya hicimos antes...

Como ha de ser siempre. El sacrificio justifica la supervicencia del equilibrio esencial. Nadie puede estar por encima de la Ley Natural. Nuestra evolución comporta la responsabilidad de proteger la armonía en cada una de las diferentes dimensiones del Cosmos. Emprende tu misión, sin dejar de recordar quiénes somos.

Lo sé. Lo sé perfectamente. Soy un descendiente de la materia primigenia, la perfecta evolución desde el ente físico hacia el estado espiritual. Soy la fusión del alma con el Cosmos, guardián del equilibrio esencial y protector de los puentes entre las dimensiones paralelas...

... Soy un Morador del Multiverso.



1 comentario:

  1. La Ciencia Ficción como género literario es más dificil de escribir que un libro de Ciencias, el escritor debe estar preparado cientificamente, y cuanto más lo está, más reales parecen sus argumentos... Es curioso leer como algunos escritores de Ciencia Ficción intentan describir un sistema de vida basada en el Silicio (entre el Carbono y el Germanio) como entes cristalinos... sin embargo, con cuatro valencias como el Carbono es capaz, igual que él, de producir moleculas largas de material blando como la mayoría de los seres vivos. es más, los Humanos necesitamos del Silicio para la vida y uno de los ejemplos más evidentes es la llamada "Gelatina de Wharton" que es una silicona natural q protección de parte del sistema circulatorio, muy importante para la supervivencia. No te olvides que TODA, TODA la energía que utilizamos en La Tierra viene del Sol, la que sea... y que la célula humana es simbiótica... ¡Si hasta parece hecho a propósito! con una bacteria que es la que le brinda energía y se llama Mitocondria. En el genoma de la mitocondria etá codificada la síntesis de las enzimas que extraerán la energía de lo que ingrese a la célula como alimento, y no en los cromosomas del núcleo, en el cromosoma circular de la mitocondria está el Ciclo de Krebs.

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